Ramon Vilalta – RCR – La luz es el tema

Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta acabaron sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès en el año 1987 y desde 1988 trabajan juntos bajo el nombre de RCR ARQUITECTES en su ciudad natal, Olot.

A principios de los noventa, y a lo largo de cerca de una década, Carme Pigem ejerció la docencia de Proyectos Arquitectónicos en la ETSAV y la ETSAB. Ramón Vilalta fue profesor de Urbanismo y Arquitectura del Paisaje en la ETSAV durante aproximadamente el mismo tiempo.

Son Premio Nacional de Cultura en Arquitectura 2005 de la Generalitat de Catalunya, Chevalier de l’ordre des arts et des lettres 2008 de la Repúblique Française, Miembros Honoríficos por la AIA American Institute of Architecture 2010 y Premio Internacional 2011 Belgian Building Awards.

Han ganado distintos concursos nacionales e internacionales desde el Faro en Punta Aldea en el año 1988, hasta los más recientes como el Museo Soulages en Francia y la Mediateca de Gante en Bélgica. Entre las numerosas distinciones que han recibido cabe destacar siete premios FAD. En los premios de la Unión Europea Mies Van der Rohe han sido seleccionados finalistas en tres ocasiones.

Su obra ha sido ampliamente difundida en exposiciones nacionales e internacionales, realizadas en diversas ciudades del mundo como París, Chicago, Venecia, Nueva York o Tokio.


Pabellones en el Restaurante Les Cols, Olot Fotografia: Eugeni Pons


En una ocasión William J. R. Curtis señaló la capacidad de RCR de arquitecturizar la luz. Y es que la suya es una arquitectura de luz reflejada, de sombras estructuradas, de luces cristalizadas. Sin un plan premeditado y con total frescura RCR Arquitectes trabajan con la luz natural de maneras muy diversas: estableciendo puentes entre la naturaleza y la abstracción a través de la construcción de paramentos reflectantes, desdibujando los límites a través de las transparencias, materializando la luz en lucernarios translúcidos, o construyendo paramentos verticales aplacados con junta abierta a la luz que parecen flotar…

Antes de empezar a hablar sobre la luz me gustaría saber tu opinión sobre la situación actual de la arquitectura…

En los últimos años hemos avanzado a una velocidad tremenda y esto no ha facilitado un contexto oportuno para la reflexión. En cambio, ahora sí se dan condiciones favorables para ello. A nosotros nos gusta decir que la “arquitectura es el arte de materializar los sueños en un viaje de largo recorrido” y, en este viaje, nos gustaría lograr afirmar la arquitectura como arte y como introspección destinada a desvelar el misterio del mundo. Sin duda, con la crisis, cambiarán las condiciones de nuestro trabajo: estamos en el inicio de una nueva etapa y, como todos los inicios, es un momento incierto. Pero, aunque este nuevo contexto económico parezca que tenga que perjudicarnos mucho, a la larga hará que la arquitectura pueda tener más sentido: la arquitectura contenida es mejor que aquella que cuenta con todas las posibilidades del mundo.

Es especialmente alentador para los jóvenes arquitectos advertir que, de proyectos modestos en cuanto a programa y presupuesto, pueden construirse buenas obras de arquitectura; estoy pensando, por ejemplo, en vuestro proyecto de una Alberca en la Vila de Trinchería…

Nosotros hemos hecho obras de muchos niveles, algunas muy caras y otras muy baratas. En ésta, concretamente, se trataba de hacer el proyecto de los exteriores de una masía con poco presupuesto para construir. Nos quedamos sorprendidos de lo que se puede hacer a partir de un pequeño encargo. Ahora los arquitectos viviremos esto pero de manera forzada. Por ejemplo, recientemente hemos recibido un encargo privado con un presupuesto bastante bajo y nos lo hemos tomado casi como un reto, con el fin de ver si somos capaces de construir con tan pocos medios; seguramente hace dos o tres años no lo hubiéramos aceptado.

¿Hacia dónde crees que nos llevará esta nueva etapa?

La sobreabundancia económica promocionó una arquitectura cuyo único fin parecía ser la creación de objetos únicos y singulares, edificios autónomos y aislados, productos definitivos y acabados. Parecía que los arquitectos teníamos que expresarnos de manera absolutamente personal y distinta a la del resto, pero creo que esto cambiará a favor de una arquitectura más consistente cuyos parámetros puedan servirnos a todos. Creo que hay que empezar a entender la arquitectura como sistema de relaciones. El concepto de sistema surge de la teoría general de sistemas, propia del campo de la biología, y tiene que ver con la conciencia de interrelación total en la que se basa la ecología. Se trata de incidir no sólo en la capacidad de cada sistema para estructurarse a sí mismo, sino también en su capacidad para interactuar con su contexto, de inscribirse en estructuras de diversas escalas.

Una arquitectura que interacciona con el lugar, con el entorno…

Hemos visto una arquitectura totalmente descontextualizada durante todos estos años. Para nosotros, en cambio, la idea de lugar es clave para la arquitectura. Tener conciencia del lugar no es algo nuevo, la buena arquitectura siempre ha sido consciente de ello. Nosotros aprendimos la importancia del lugar en la escuela, pero con el tiempo hemos aprendido que no se trata sólo de establecer una buena relación con el entorno, es algo mucho más complejo. Se trata de crear SIMBIOSIS, es decir, crear relaciones lo más profundas posibles, emocionales, trascendentales, con el paisaje, con el mundo que nos rodea. No estoy pensando en todo esto de la arquitectura ecológica y sostenible. Arquitectura sólo hay una, la buena, y la sostenibilidad es algo intrínseco a una buena arquitectura. Nos referimos más a arquitecturas capaces de diluirse en la frontera entre arquitectura y urbanismo, arquitectura y paisaje, arquitectura y naturaleza, arquitectura y universo.

En muchas de vuestras obras utilizáis materiales capaces de reflejar la luz. Parece que una manera de conseguir esta relación abstracta entre la arquitectura y su entorno consiste en utilizar el reflejo y la absorción de la luz como instrumento con el que desdibujar los límites físicos construidos.

Sin responder a un plan preconcebido, podría decir que a lo largo de los años hemos experimentado con dos modos de trabajar. En ocasiones hemos construido arquitecturas concretas, matéricas, sustanciales, consistentes, con formas muy definidas y muy claras. En otras obras, en cambio, a pesar de utilizar geometrías muy definidas (planos ortogonales, superficies planas, etc.), hemos buscado arquitecturas más abstractas e insustanciales empleando materiales reflectantes como el cristal o el acero pulido, a través de los reflejos, las transparencias, la superposición de planos transparentes, la creación de profundidades ambiguas, el uso de distintas fuentes de luz, el uso del color, etc. La Guardería Els colors de Manlleu sería un buen ejemplo para explicar esto: a pesar de utilizar geometrías muy sencillas la experiencia vivida de la obra te transmite la sensación de que los límites se desdibujan. Hace poco vino un fotógrafo francés que trabaja con nosotros desde hace muchos años a fotografiar otra guardería, El petit comte de Besalú: no hizo ninguna foto que enseñara claramente el espacio, todas muestran superposiciones, reflejos, transparencias, etc.; pero no es la fotografía la que da ambigüedad al espacio, sino que es el propio espacio el que se configura ambiguo. Las fotografías se limitan a revelar esta ambigüedad espacial.

¿Cómo decidís por qué vía de trabajo aventuraros cuando os enfrentáis a un nuevo proyecto? ¿Hay alguna decisión apriorística sobre el tipo de luz con el que queréis trabajar?

Nunca empezamos un proyecto sabiendo de antemano lo que haremos o hacia dónde iremos. A medida que vas haciendo proyectos vas descubriendo y trabajando sobre distintas vías de trabajo, pero cada proyecto responde a la especificidad del lugar, del cliente, del programa, y eso lo hace único. El faro de Punta Aldea (Gran Canaria), uno de nuestros primeros proyectos, escenifica esta actitud proyectual. Se trataba de un concurso nacional de faros marítimos. El resto de propuestas, más de trescientas, hicieron faros verticales con todas las variantes imaginables. En cambio, a nosotros, por las características propias del lugar y de la luz que debía emitir el faro, nos salió una línea horizontal. Esto planteó una situación bastante absurda pues el ministerio se refería a los faros como “torres verticales” y así titularon nuestra propuesta ganadora: “faro vertical de punta Aldea”, pese a ser un proyecto horizontal. En ese proyecto cambiamos la tipología tradicional de faro como torre vertical precisamente porque no afrontamos el proyecto con formas ni conceptos a priori.

¿Qué herramientas de proyectos (maquetas, dibujos, ordenador, etc.) utilizáis para concebir, verificar y representar la luz?

Partimos de la base de que la luz es fundamental, es intrínseca a la arquitectura: la luz es lo que genera el espacio, lo que lo define. Las herramientas de proyecto varían según las características de cada proyecto. En algunos proyectos, si te dijera que los hemos trabajado desde el punto de vista de la luz, te estaría mintiendo; en cierto modo ya conocemos la luz con la que solemos trabajar y nuestra experiencia es suficiente para entender cómo la luz definirá esos espacios. En estos casos, no hacemos cosas muy complejas, nos centramos más en pensar y discutir sobre cómo deben ser los espacios que estamos proyectando y cómo queremos que la luz los configure, que no en hacer demasiadas comprobaciones. En cambio, hay otros proyectos que exigen mucha más precisión, como en el caso del Museo Soulages. Éste sería el otro extremo, pues aquí nos piden que cumplamos con unos requisitos lumínicos muy precisos: una cantidad de luxes determinada según el tipo de pintura que se va a exponer en cada espacio, etc. Para este proyecto hemos realizado más de una docena de maquetas de tamaño considerable –la mayor mide unos 3×3 metros–, algunas de las cuales se han hecho exclusivamente para poder mirarlas con la luz del sol y comprobar así el efecto de luz que estamos creando. También hemos realizado estudios lumínicos específicos. Y los renders también ayudan. Sin duda, es el proyecto en el que hemos trabajado la luz con más intensidad, con todas las herramientas proyectuales que teníamos a nuestro alcance. Estamos acabando el proyecto y confiamos que se note este trabajo específico sobre la luz: trabajar con la luz es siempre muy agradecido.

Hay arquitectos que hacen de la luz el tema central de su arquitectura, y así lo reflejan en su obra escrita, proyectada y construida. En cambio, aunque para vosotros no parece que la luz sea tema de reflexión específica, vuestros proyectos demuestran un trabajo variado y acertado de la luz…

Creemos que en los últimos años se ha desnaturalizado el espacio: ahora parece que ya no haga falta pensar en lucernarios con los que introducir la luz natural porque existe la posibilidad de electrificar la luz; algo parecido pasa con el aire, nos hemos vuelto muy herméticos. Creo que la arquitectura del futuro deberá ser una arquitectura elemental que vuelva a prestar atención no sólo a la luz, sino también al aire, al agua, a la tierra. Tenemos que darnos cuenta que no percibimos la cualidad del espacio sólo a través de la luz que hace posible la visión sino que entran en juego todos los sentidos: la luz es fundamental, pero entendemos que forma parte de un conjunto global de parámetros naturales con los que construir la arquitectura. Por poner un ejemplo, la bodega Bell-Lloc de Palamós nos transporta, más allá de la visión, a una experiencia sensorial a nivel corporal y total: sientes la fuerza de la luz y de la sombra, pero también el olor de la tierra húmeda que pisas y el aire fresco que se cuela entre las piedras. Las fotografías de las obras son incapaces de transmitir todas estas sensaciones y sólo muestran los efectos de la luz. La luz es un elemento clave para nosotros, pero del mismo modo que lo son otros fenómenos naturales con los que poder sentir la arquitectura; esto es fundamental para nosotros.

Quiero agradecer especialmente la atención que Ramon Vilalta ha prestado a esta entrevista.



2 Comments

  1. Natalia

    Interessant entrevista Oscar i magnífics arquitectes!

  2. Pingback: Judit Bellostes : tubos de colores – “el petit comte” kindergarten : Estudio de arquitectura

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